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DE LA GLOBALIZACION TRANSNACIONAL A LA NACIONALIZACION NO TRADICIONAL.Rolando Prudencio Briancon

BOLIVIA.DE LA GLOBALIZACION TRANSNACIONAL A LA NACIONALIZACION NO TRADICIONAL. Rolando Prudencio Briancon.DE LA GLOBALIZACION TRANSNACIONAL A LA NACIONALIZACION NO TRADICIONAL.

Semejante fenómeno que hemos vivido desde fines del siglo pasado e inicios de éste siglo -a pesar de que la globalización como fenómeno humano en sí, hemos vivido desde siempre- y que seguimos viviendo hoy como ha sido y es la globalización; que hoy Mauricio Ramírez, coordinador residente del Sistema de la Organización de Naciones Unidas para Bolivia, señale que: “La política de nacionalización de hidrocarburos también ha traído grandes beneficios económicos al país, lo que le ha permitido invertir en importantes programas y proyectos de desarrollo económico y social, que sin lugar a dudas han traído un mayor bienestar social a la población”; es sin lugar a dudas una confesión que a contracorriente pone en su justa dimensión lo que es cada una de ellas; y lo que además combinadas y complementariamente son ambas.

Que la ONU, que globalmente representa a todas las naciones del planeta; reconozca el valor y lo “beneficiosa” que ha sido para Bolivia, desde el momento en el que hace poco más de 10 años se asumió la medida de nacionalizar sus recursos, que aunque seamos una aguja en el pajar, podría ser un halago; pero en todo caso es un aliciente para no sólo continuar con las mismas; si no que como nación, y con el reconocimiento de nada menos que la Naciones Unidas, podamos dar la pauta para que otras naciones, rompiendo ese temeroso tabú puedan seguir la línea de las nacionalizaciones.

Ciertamente que la nacionalización en el país; no ha sido -como aludo en el título- la típica, la tradicional nacionalización que implicaba prácticamente la confiscación de la empresa trasnacional, sin reconocérsele resarcimiento alguno, como fuera en décadas pasadas; y ello ya no es así precisamente por el peso que hoy tienen el fenómeno global de la transnacionalización. Vale decir por el peso que tienen las trasnacionales en la vida de las naciones, ya sea por su capacidad financiera de operar, o por el conocimiento e innovación tecnológica que tienen para ejecutar obras, o por el lobby financiero que los respalda para operar; en síntesis por el poder que poseen para operar en toda el mundo, y en todas las actividades más básica para sustentar las economías de los Estados.

Es en ese sentido que la nacionalización emprendida hace más de 10 años por el gobierno del presidente Evo Morales, no es aquella tradicional que implicaba la expulsión y sin indemnización de las empresas trasnacionales, tal como eufóricamente exigíamos todos, y como en su momento el mismo gobierno hubiera deseado, pero ello implicaba hacerse el haraquiri. No en vano hoy la REPSOL celebrará con el gobierno un nuevo contrato de operaciones en el campo de Huacaya en el sur del país, para explorar nuevas reservas de gas.

Claro que la virtud de la nacionalización asumida por el gobierno del presidente Evo Morales, si bien no satisfizo ese deshago hormonal de expulsar a las trasnacionales, se recuperó la propiedad de los recursos naturales -nacionalización- que estaban en manos de las trasnacionales; incluso metiéndolas en las entrañas debajo la tierra. No es entonces la nacionalización tradicional del siglo pasado; pero sí es una nacionalización que dentro del proceso de globalización con el que continuamente convivimos, y que como la misma ONU ha reconocido, que ha “traído grandes beneficios económicos al país”; es recuperar terreno para recuperar lo que es del pueblo en medio de una glorificación de la globalización de quienes no tienen patria, si no bolsillos.